Paulo Coelho:
Coelho nació el 24 de agosto en 1947 en una pequeña familia de clase media alta y de fuerte
influencia católica, en Río de Janeiro. Sus padres fueron Pedro Queima Coelho
de Souza y Lygia Araripe, de profesión ingeniero y museógrafa respectivamente.
A los siete años ingresa en el colegio jesuita San Ignacio de Río de
Janeiro. Paulo acaba odiando la naturaleza obligatoria de la práctica religiosa
católica. No soporta ni rezar ni ir a misa pero logra descubrir su verdadera
vocación: ser escritor. Desde pequeño muestra interés en la literatura; se
dedica a leer todo tipo de libros: Trópico de Cáncer, de Henry Miller, obras de
Jorge Luis Borges, Marx, Hegel, Friedrich Engels, etc.1 Pronto gana su primer
premio literario en un concurso escolar de poesía, y su hermana Sonia cuenta
cómo se hizo con un premio de redacción al presentar a un concurso un escrito
que el mismo Paulo había tirado a la basura. [Cita requerida]
Sus padres pretenden que sea ingeniero y por eso intentan reprimir sus
deseos de dedicarse a la literatura, lo que provoca una gran rebeldía en Paulo,
quien empieza a desobedecer las normas familiares.1 Es a los diecisiete años
cuando, debido a "inmadurez, rebeldía, incapacidad para adaptarse a la
sociedad, irritabilidad y actitudes radicales y extremistas", es internado
en un hospital psiquiátrico, donde le someten a varias sesiones de
electroshock. Poco más tarde, Paulo empieza a relacionarse con un grupo de
teatro y a dedicarse al periodismo.2 En aquella época el teatro no estaba bien
visto en ciertos niveles sociales, por eso sus padres vuelven a internarlo.1
Cuando sale, Paulo está aún más perdido y encerrado en su mundo. La familia
llama a otro médico psiquiatra, el doctor Fajardo, quien hace una nueva
apreciación del problema: Paulo no está loco y no va a ser internado; hará un
tratamiento de unas 15 sesiones con él.1 Treinta años después de estas
vivencias, Paulo Coelho escribiría una novela inspirada en esos años, Veronika
decide morir.2
Pasado el período de los centros psiquiátricos, Paulo empieza la
carrera de derecho; sin embargo, poco tiempo después abandona sus estudios para
dedicarse de nuevo al teatro. Es la época de los sesenta y el mundo entero
asiste a la explosión del movimiento hippie. Brasil, bajo una dictadura militar
muy represiva, también se hace eco de las nuevas tendencias.1 Paulo lleva
entonces el pelo largo y va indocumentado por voluntad propia; durante algún
tiempo experimenta con todo lo que la vida le ofrece, ya que quiere vivir la
experiencia hippie con gran intensidad. Su pasión por escribir le impulsa a
fundar una revista de la que solamente salen dos ejemplares.
En esa época conoce a Raúl Seixas, músico y compositor, con quien Paulo
escribe letras de canciones.2 Algunas de ellas: Eu nasci há dez mil años atrás
(I Was Born Ten Thousand Years Ago), Gita, y Al Capone.3 4 Con el segundo disco
cosechan un gran éxito y llegan a vender más de 500.000 copias; es la primera
vez que Paulo gana una gran cantidad de dinero. Hasta 1976 compone más de
ciento veinte canciones con Raúl Seixas y juntos cambian el panorama del rock
brasileño. También escribe para Elis Regina y Rita Lee.5 Después de trabajar
como letrista para los grandes nombres de la canción popular brasileña, se
dedica al periodismo y a escribir algunos guiones para la televisión. Once
Minutos - 2007.6
En 1972, Paulo y Raúl entran a formar parte de Sociedad Alternativa,
una organización que se opone a las ideologías capitalistas, defiende la
libertad de hacer lo que uno desea y practica la magia negra, experiencias de
las que habla más tarde en el libro Las Valquirias (1992). Durante este período
nace «Kring-ha», una serie de cómics en favor de la libertad. El régimen
dictatorial las considera amenazantes, por lo que detiene y encarcela a Raúl y
a Paulo. Raúl sale al cabo de poco, pero Paulo permanece allí más tiempo por
ser considerado la "cabeza pensante". Pero las dificultades no acaban
aquí: dos días después de su liberación, Paulo es secuestrado en plena calle y
encerrado en un centro militar de tortura donde permanece varios días. Según
sus propias palabras, lo que le salva de la muerte es decir que estaba loco y que
había estado internado en tres ocasiones. Esta experiencia marca fuertemente su
vida. Por aquel entonces, Paulo, con veintiséis años, decide que ya ha vivido
suficiente y que quiere "ser normal". Consigue un empleo en la
discográfica Polygram y allí conoce a la que más tarde será su esposa. En 1977
se trasladan a Londres. Paulo compra una máquina de escribir y empieza a
dedicarse de pleno a la literatura, sin muchos resultados. Al año siguiente
vuelve a Brasil donde trabaja como ejecutivo para otra empresa discográfica, la
CBS. Esta fase sólo dura tres meses, tras los cuales se separa de su esposa y
deja el empleo.
En 1979 se produce el reencuentro con Christina Oiticica, una vieja
amiga, con la que posteriormente contrae matrimonio, y con la que sigue conviviendo
hasta el día de hoy. La pareja viaja a Europa y visitan varios países. En
Alemania, van al campo de concentración de Dachau. Allí Paulo tiene una visión
en la que se le aparece la figura de un hombre. Dos meses más tarde, le
encuentra en una cafetería de Ámsterdam, se acerca a él y conversan un largo
rato en el que intercambian opiniones y vivencias. El hombre, cuya identidad
Paulo nunca ha querido revelar, le sugiere un reencuentro con el catolicismo.
Paulo empieza a estudiar el lenguaje simbólico del cristianismo. Le propone,
también, hacer el Camino de Santiago, una ruta medieval de peregrinaje entre
Francia y España. Ese peregrinaje es para el escritor el punto de inflexión en
su vida.